Parte 1 – El método científico: C.S.I de un diamante

Este primer proceso que te proponemos, ordenado en unos sencillos pasos, se basa en la obtención tanto de datos científicos, como de indicios que nos aporten luz a la hora saber cómo distinguir un diamante y descartar sus posibles imitaciones como circonita, moissanita u otras gemas similares.

Sólo la suma de varios de ellos nos dará la certeza necesaria para determinar ante qué nos encontramos.

Así pues, realizando este sencillo protocolo de identificación, podremos resolver con un alto grado de éxito, la gran mayoría de dilemas relacionados con la identificación de diamantes incoloros de talla brillante.

1 – LIMPIEZA DE LA GEMA

Un buen indicio de que nos encontramos frente a un diamante es apreciar y comparar con otras gemas, su alta adherencia a la grasa y la dificultad de limpiarlos a la perfección, ambas características muy particulares de los diamantes.

Hay que limpiar la piedra de manera escrupulosa, con alcohol y una bayeta específica, que elimine la grasa sin dejar fibras en su superficie. Por ejemplo, te recomendamos este modelo de Kassoy.

 

2 – EXAMEN VISUAL EXTERIOR

Nuestra primera impresión visual es importantísima y debemos entrenar nuestros ojos para que se acostumbren a percibir sutiles diferencias que nos facilitaran la tarea de identificar un diamante. El primer paso siempre debe ser observar la piedra sin lupa. 

COLOR: La valoración e identificación del típico tono amarillento de las moissanitas, equivalente a un J-K (incluso a veces el grado superior L) en la escala Cape de graduación del color de GIA, nos puede poner sobre la pista.

BRILLO: Si al incidir la luz sobre la piedra, percibimos una excesiva dispersión con colores muy vívidos y aspecto artificial, nos puede hacer sospechar de la presencia de gemas con mayor dispersión que el diamante como son la moissanita, circón o zirconitas artificiales. La vida o fuego interior del brillante es muy característico y especial, su belleza es el fundamental causante del alto valor económico de estas piedras y su peculiar tono grisáceo es fácilmente perceptible con cierto grado de experiencia. Si tienes varias piedras diferentes, analízalas, e interioriza ese brillo tan específico de los diamantes.

PUREZA: La mera observación de una inclusión opaca o con contraste, delata a la gema como un posible diamante o zafiro incoloro, ya que las piedras artificiales suelen carecen de ellas. Adquiere especial importancia la observación y análisis del filetín en busca de inclusiones como barbas, facetas extra o trígonos que nos indiquen claramente que estamos frente a un diamante, ya que sólo se presentan en esta gema.

TALLA: Comprobar qué tipo de talla presenta la gema es fundamental, ya que identificar la talla brillante con sus 58 facetas y unas proporciones correctas es un buen indicio, ya que la gran mayoría de diamantes modernos presentan este corte para maximizar su brillo o vida. Observar las aristas también es una buena pista. Si las aristas no son perfectas, sino más bien un poco redondeadas, no nos encontramos frente a un diamante

3 – BÚSQUEDA CON LUPA 10X

Si la piedra es muy limpia y no observamos inclusiones, buscaremos con una lupa Triplet de10x, el típico efecto de desdoblamiento de las facetas de la culata, que se produce al ser observadas a través de una de las facetas cuadrangulares de la corona. Este efecto solo lo presentan los materiales birrefringentes como la moissanita o el zircón natural.

 

4 – USO DE APARATOS TECNOLÓGICOS

Obtener el peso específico es totalmente revelador, ya que el del diamante es muy característico (PE: 2,65), mientras que imitaciones como la zirconita, doblan este dato (PE: 6). Si pesamos una zirconita y un brillante, ambos del mismo tamaño, observaremos cómo el peso prácticamente se duplica.
También el uso de un tester o condutímetro es básico para arrojar luz, ya que la capacidad de dispersión del calor que tiene la superficie del brillante, solo es igualada por la moissanita, por lo que una validación por este aparato elimina el resto de posibles confusiones.