GEMAS

DIAMANTES

El diamante es la sustancia natural más dura que se conoce. Es capaz de rayar a cualquier material, y ningún otro es capaz de rayarlo o hacerle mella. Eso, unido a su brillo y dispersión de la luz, le ha convertido en la gema más apreciada en la historia de la humanidad.

Los diamantes cristalizaron hace entre 500 y 4.600 millones de años (antes que cualquier planta de nuestro planeta), a una temperatura de 1100/1600°C, a una profundidad de entre 100km y 300km bajo la superficie terrestre, y a presiones cercanas a 45 kbar. Unos espectaculares datos que nos dan una idea de porqué se trata de una gema tan excepcional.
La dureza extrema del diamante se debe a la tremenda fuerza con que se unen sus átomos (enlace covalente). Químicamente el diamante es sólo carbono, pero con una cristalización (sistema cúbico) extraordinariamente pura.

Brillante” y “Diamante” a menudo se usan indistintamente. Sin embargo, no son sinónimos.
Diamante” es el nombre de la piedra preciosa, mientras que “Brillante” es la manera de tallar o cortar un diamante.

 Formamos parte de la red de distribuidores oficiales de diamantes graduados por el Instituto gemológico de América (GIA),
una institución sin ánimo de lucro dedicada a la investigación y formación en el campo de la gemología y joyería.
Los diamantes con un informe emitido por este instituto son más valorados, pues sus criterios son los más respetados y apreciados en todo el mundo.

> RED GIA DE DISTRIBUIDORES OFICIALES <

 

La calidad de un diamante: Las 4 C´s.

Para valorar un diamante, el criterio más conocido son las llamadas popularmente “4C”, siglas en inglés de Carat (Peso), Colour (Color), Clarity (Pureza) y Cut (Talla o Corte). Esta herramienta interactiva de GIA nos permite conocer con detalle en qué se basan esos criterios.

Haz click sobre Color, Clarity, Cut o Carat para ver una explicación detallada de cada característica.
Si tienes alguna duda o deseas que te valoremos cualquier gema o pieza como gemólogos certificados, pincha aquí.

TRUCO IDENTIFICATIVO
Varios son los métodos identificativos fácilmente aplicables para reconocer un diamante y diferenciarlo de sus imitaciones. A través de su constante peso específico en calidad gema (3.52), por su conductividad térmica (con un Tester), por su adherencia a la grasa (observable con lupa), u observando tanto el filetín como las uniones perfectas de sus facetas, únicas y diferentes al resto de gemas. En uno de nuestros posts damos algunos trucos sencillos que también son de gran ayuda.
CUIDADOS
El diamante solo se puede rayar con otro diamante, pero sí que se puede romper con un golpe, sobre todo si este se produce en el sentido de un plano de exfoliación. También hay que tener precaución con los cambios de temperatura bruscos, ya que pueden producir fisuras internas. Para el resto de tratamientos habituales (ácidos, ultrasonido, vapor, jabones, cloro, focos…), ningún problema.
SINTÉTICAS

El diamante, al ser la gema más apreciada, es también la que más imitaciones afronta. Con una cierta experiencia, no obstante, todas son fáciles de identificar por alguna de sus características.

Las imitaciones más comunes son:

Zirconita: Sin duda la gema artificial más utilizada, por su bajo coste y su gran parecido al diamante en cuanto a constantes físicas, brillo y dispersión. Fácilmente diferenciable desmontada por su peso específico, que es casi el doble. Una zirconita pesa el doble (aproximadamente) que un diamante del mismo tamaño. Montada, la manera más fácil de diferenciarlos es mediante la prueba del aliento: aplicando el aliento sobre ambas piedras, las minúsculas gotas desaparecen instantáneamente en el diamante, y permanecen más tiempo en la zirconita, gracias a su baja capacidad de dispersión del calor respecto al diamante.

Moissanita: otro material sintético que imita con bastante realismo al diamante. En este caso su leve color amarillento ayuda a su diferenciación, pero sin duda el método más sencillo y eficaz es observar su birrefringencia. Una moissanita, observada con lupa a través de sus facetas estrella, desdobla las facetas interiores, así como las inclusiones o líneas de pulido. Cosa que no ocurre con el diamante, monorrefringente.

Circón: Con un índice de refracción y dispersión mucho más elevado, el “fuego*” de esta gema es mucho menor. Aunque nuevamente, su birrefringencia es la mayor clave. Observando una faceta interior a través de la tabla, las aristas se ven dobles.
* Fuego de un diamante: los múltiples colores que se observan en su interior, provocado por la dispersión de colores en su interior cuando la luz entra y se refleja en sus facetas.

Cuarzo cristal de roca / topacio incoloro: poseen un brillo mucho menor que el brillante, con lo que una observación experimentada los hace fácilmente distinguibles.

Zafiro (sintético) incoloro: además del “fuego”, su calidad de birrefringente también lo hace fácilmente identificable.

Por último, es importante destacar que existen en el mercado unos aparatos, llamados conductímetros, que miden la capacidad de disipar el calor de la gema, y que distinguen con facilidad tanto la zirconita como la moissanita de los diamantes, mediante un juego de leds y un sonido. .

CUADRO TÉCNICO

IR:2.417-2.419

BI: ANÓMALA

D: 0.044

P.E.: 3.50-3.53

Dureza: 10

Mineral: Orgánico

Composición Química: C (Carbono cristalizado)

YACIMIENTOS
India, Brasil, África del Sur, Sudáfrica, Namibia, Congo, Botsuana, Rusia, Australia, Canadá… los diamantes se encuentran prácticamente a lo largo de todo el planeta, y aunque algunos yacimientos se agotan a lo largo del tiempo, el interés económico subyacente hace que surjan nuevos en lugares cada vez más difíciles de extraer (bajo enormes capas de hielo en Canadá, o a más de 150 metros bajo el océano en Namibia).
CURIOSIDADES
El término “diamante” procede de la antigua Grecia, donde los diamantes ya eran una de las gemas más apreciadas. Los griegos le llamaban “adamas”, que significa invencible e indomable, siendo éste el origen de su denominación.
TRATAMIENTOS

Desde siempre, en la historia del comercio del diamante ha habido intentos de mejorar su aspecto, que han ido evolucionando con el tiempo:

Tintado: tratamientos antiguos y poco frecuentes hoy en día. Consisten bien en aplicar un “talco” en la culata, para aumentar su brillo, o pinturas o lacas transparentes azuladas, para complementar el color amarillo y que a la vista la piedra resulte más incolora. Ambos observables tanto con lupa como a ojo desnudo, con un poco de experiencia.

Irradiación: Un tratamiento mucho más frecuente y conflictivo, consiste en alterar el color del diamante sometiéndolo a un bombardeo de las partículas elementales del átomo (neutrones y electrones). El cambio de color es permanente. Una técnica más difícil de apreciar sin los instrumentos gemológicos adecuados.

HPHT: (High pressure/high temperature), esta técnica consiste en calentar el diamante hasta temperaturas muy altas (1500/2000 °C) bajo una presión igualmente alta y estable (50.000/70.000 atm). Con estas circunstancias, los posibles defectos de cristalización del diamante se reorganizan, modificando el color de la piedra. Su identificación es muy problemática, aunque en los últimos tiempos se han comercializado aparatos específicos para examinar estos tratamientos, como el D-Screen de HRD.

Láser: utilizado para eliminar inclusiones internas, con una observación detallada con lupa se aprecia tanto el canal de entrada del láser como la resina plástica con que se recubre, que con el tiempo deja de ser incolora.

Relleno de fisuras: consiste en modificar las inclusiones rellenándolas con una sustancia con el mismo índice de refracción. De este modo, la inclusión casi desaparece a la vista (como un hielo dentro de un vaso de agua). No obstante, la aparición de burbujas en la sustancia de relleno y sobre todo el efecto “flash”, bajo una observación con lupa y sobre todo con microscopio, delatan el tratamiento. Este efecto “flash” consiste en unos reflejos anaranjados amarillentos que cambian a azul según el ángulo de observación.

CONTACTO Y HORARIO

Formulario de contacto

G.V. Ramón y Cajal 45 - 2 | 46007 Valencia (SPN)

Horario:

De lunes a viernes de 8:30h. a 15:00h.
Jueves de 8:30h. a 18:30h.